Transahariana








Mi primer coche fue el que heredé de mis padres, un fabuloso Peugeot 505 de gasolina. Con él hice mis pinitos aparcando, cuando aún no tenía carnet, rompí unos cuantos faros ajenos y disfruté de alguno de los mejores momentos de mi vida de veinteañero. Cuando se acercaba su muerte, con 270.000 kilómetros se me ocurrió que quizá se podría prolongar su existencia en un pais africano, como por ejemplo Senegal; eso sí, después de hacerme el mejor servicio que podría: viajar con él hasta un lugar de ensueño.... ese viaje consistía en realizar la travesía transahariana por la costa atlántica...
Cuando planifiqué la ruta, muchos amigos se interesaron y me propusieron acompañarme; a la hora de la verdad, por unas cosas o por otras, nadie pudo (o quiso, ejem...). Entonces fue cuando contacté con José Francisco Ortega, una de las personas más interesantes que conozco. En la época en que le descubrí, recuerdo que me imprimía sus aventuras y las devoraba en el tren de vuelta a casa. José Francisco ya sabía de blogs antes de que se pusiesen de moda... Al final me decidí a ser su compañero de viaje; sin embargo, el Peugeot empeoró repeninamente, hasta el punto de no volver a arrancar. Así que nada, al final ni Senegal ni Peugeot; a cambio pasé unas vacaciones variadas fabulosas, un poco en África y otro poco en Cuba con Muriel...  ¶ 16:32