Terrazas de arroz

Ayer, cuando llegamos a Yuanyang, creimos llegar al fin del mundo. Claro, eso despues de 7 horas de viaje en autobus, siendo los unicos extranjeros y cuatro de los seis unicos ocupantes del unico autobus que llega desde la capital. El pueblo nos recibio con una niebla muy densa, que impedia ver de un lado al otro de la calle. Yuanyang es un pueblo con aspecto decadente, medio abandonado, donde el atractivo se centra en sus paisajes de terrazas arroceras. Se me pasaron por la cabeza las recomendaciones de no viajar en el monzon, pero aun conservaba algo de fe en que esa niebla haria aun mas bonito el ambiente de las terrazas.
Esta manana, el despertar no era nada esperanzador. Lo que me desperto fueron los fuertes aguaceros con viento racheado, parafraseando al gran Maldonado en sus previsiones del tiempo. Parecia un poco absurdo salir del hotel con esa lluvia, pero lo que era claro es que desde ese pueblo no ibamos a ver absolutamente nada. Asi que hemos alquilado una combi con Jean Yves y Sophie, que como buenos franceses, eran fervientes seguidores de la Guide du Routard. Aunque hemos pasado medio dia bajo la lluvia y la niebla, al final hemos tenido suerte y hemos conseguido pasar medio dia con vistas de las terrazas, con sol y una concurrida pelea de locuelos chinos en un pueblo muy concurrido por la gente de los pueblitos de la etnia Hani.


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